Han llegado los refuerzos: no tienes que hacerlo solo

Han llegado los refuerzos: no tienes que hacerlo solo

Los asesores trabajan en solitario, o al menos esa es la sensación general que tienes al principio de tu carrera profesional, pero esa percepción no es más que un estereotipo. No tienes que hacerlo todo tú solo, aunque seas asesor. Recurrir a tus contactos expertos y pedir ayuda externa a la hora de enfrentarse a un problema complicado es otro as en la manga que siempre puedes utilizar sin miedo a que parezca la confesión de un fracaso. Trabajar en equipo, delegar en otros y tener la capacidad de poner las necesidades del cliente por encima de las tuyas son rasgos característicos de los mejores asesores.

Detecta cuándo necesitas ayuda

No hay nada peor que sentir que tu trabajo te supera, especialmente cuando diriges una asesoría de forma autónoma. No puedes permitirte perder clientes, o sea que no puedes permitirte hacer un mal trabajo. Al principio del viaje quizá no tengas la experiencia y los conocimientos necesarios para sacarte del atolladero, pero no te preocupes, aquí es donde entran tus contactos.

¿A quién llamar y cuándo hacerlo?

El tipo de problema al que te enfrentes determinará la clase de ayuda que vas a necesitar. Puede ser cualquier profesional, desde un desarrollador web hasta un contable, o simplemente otro par de manos. Tus clientes preferirán que busques ayuda extra a que sigas adelante como si nada, sobre todo si necesitas una serie de conocimientos específicos o si estás en una fase crucial del proyecto. Siempre que sea posible, intenta identificar las habilidades que vas a necesitar a lo largo del proyecto y coméntalas con tu cliente porque querrá saber con quién vas a contar. Cuanto antes puedas comunicárselo, mejor.

El valor del trabajo en equipo

Trabajar como asesor autónomo puede ser muy estresante, especialmente si estás acostumbrado a trabajar solo. Sin embargo, con un equipo a tu lado el estrés se reduce y puedes concentrarte en lo que mejor sabes hacer. Si las redes sociales, la programación de software o el trabajo editorial no son lo tuyo, encuentra a alguien que sobresalga en estos ámbitos y dirígelo. Después de todo, saber dirigir a otros es una habilidad más. El trabajo estará acabado antes y tú tendrás un proyecto brillante y un cliente satisfecho. Además, podrás perfeccionar tus aptitudes para el trabajo en equipo y construir una base de contactos profesionales.

Delegar con éxito

Saber delegar tareas requiere la aplicación de muchas de tus habilidades como asesor. Además, si has conseguido un trabajo es porque alguien necesita delegar en ti. Sin embargo, si no estás acostumbrado puede resultarte difícil al principio, sobre todo si te cuesta confiar tareas a otras personas. La clave es proporcionar instrucciones detalladas sobre el trabajo; reúne información detallada y el resultado será mejor. Tomar distancia es un gran paso, pero es vital a la hora de delegar. El hecho de que alguien trabaje de una forma distinta a la tuya no significa que lo vaya a hacer mal. Sigue detenidamente el desarrollo de la tarea y pide que te mantengan al tanto de las novedades siempre que lo necesites.

No sientas que has fracasado si tienes que pedir ayuda a alguien: algunas tareas requieren los conocimientos de un especialista y es imposible que sepas hacer de todo. Sé siempre claro con tu cliente y elige a personas en las que puedas confiar para obtener los mejores resultados y para estar mucho más tranquilo.